Por un Casco Antiguo para todos y todas

Laura Garde | Iñaki Porto – 2 de Febrero de 2018

El colectivo Bizitzeko Alde Zaharra lucha por cambiar el modelo de barrio y priorizar los intereses y las necesidades del vecindario

Cambiar el modelo de barrio. Este es el objetivo de Bizitzeko Alde Zaharra (Casco Viejo para vivir), colectivo que nació a finales de octubre para luchar por los intereses y las necesidades de los vecinos del Casco Antiguo: “El 27 y 28 de octubre hubo unos encuentros vecinales en los que identificamos las problemáticas del barrio. Entonces decidimos juntarnos para combatirlas, poniendo el foco ahora en el hostel de Unzu”, explica Javier Hualde, uno de los miembros del grupo.

Para ellos, la realidad que caracteriza al Casco Viejo de Pamplona es la masificación, el ruido y la privatización del espacio público, además del incumplimiento de algunas normativas. “De siete días que tiene la semana, vivir durante tres es complicado”, sentencian.

Las consecuencias están latentes. Bizitzeko Alde Zaharra tiene claro que desde 2006 ha perdido población. Ponen el punto de mira en los niños, en diez años se ha perdido el 35% de menores de 5 años, y solo en el último año, un 10%. Además, el colectivo asegura que ya no tienen espacio para jugar: “Las únicas plazas que se conservan para ellos son la San Francisco y la de la Compañía, y les han llegado a llamar la atención por jugar a fútbol”, dice Oskar Armendáriz. Asimismo, reclaman dotaciones para el barrio: “Lo Viejo tiene alrededor de 11.000 habitantes. No hay polideportivo ni un centro de día para mayores, por ejemplo”. Y, por supuesto, reivindican el pequeño comercio: “Está desapareciendo también. La vida de barrio se está consumiendo”, expresa Ana Gasá.

Así, desde octubre han convocado cinco asambleas para poner en marcha sus proyectos. Son conscientes de que el turismo no es lo más representativo del Casco Antiguo, pero aseguran que si el hostel de Unzu adquiere la licencia, saben lo que vendrá después: “Tal y como está ya el barrio, sabemos la que nos viene encima si se lleva a cabo el proyecto. Ha sido la gota que colma el vaso”. Centrándose en este plan, escribieron su manifiesto, apoyado por 25 colectivos, entre los que están Convivir en lo Viejo, La Piparrika, París 365, la Comisión de Fiestas del Casco Antiguo y algunas peñas (Aldapa, Alegría, Bullicio…). Realizaron también una encuesta en los portales adyacentes a Unzu y todos, por unanimidad, salvo uno, se posicionaron en contra del hostel. “Parece que en el Casco Viejo cabe todo. Ya hay oferta de albergue suficiente. Lo que van a hacer con su construcción es crear una demanda que no existe”, apuntalaron. Refuerzan sus argumentos con el ejemplo de Donosti, Bilbao o Barcelona. “Hay ciudades que ahora quieren dar marcha atrás y ya no pueden”, agregan.

Ahora ponen toda su energía en establecer contacto con el Ayuntamiento para exponer sus ideas y fundamentar una campaña informativa para todos los vecinos del Casco Viejo: “Los cambios son lentos y hay muchos que no se dan cuenta de ello, aunque haya datos que los avalan”, asevera Javier.

IMPLICACIÓN Los integrantes de Bizitzeko Alde Zaharra reciben llamadas de otros vecinos, quienes transmiten sus percepciones y testifican sentirse desprotegidos: “Nos da la sensación de que, en cuanto a normativa, el Ayuntamiento es más permisivo donde menos debe serlo, donde hay más problemas. Por ejemplo, hay calles y plazas que se convierten en bares al aire libre”. Oskar y Ana relatan que han llegado a llamar a la Policía y “como no saben si el ruido viene de la calle o de los establecimientos, argumentan que no pueden hacer nada”.

Involucrar a más vecinos y vecinas en su combate es su motivación para seguir luchando por un Casco Antiguo para todos.

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