El Ayuntamiento dice al Parlamento Europeo que actúa y sanciona a los bares

Marivi Salvo Jueves, 30 de Abril de 2015

pamplona – El Ayuntamiento de Pamplona, a través del área de Seguridad Ciudadana, ha remitido a la comisaria europea Cecilia Wikstroöm una exigua y vaga respuesta sobre las actuaciones que desde el Consistorio se están haciendo para atajar las posibles molestias del ruido nocturno a los residentes. La solicitud de Europa se tramitó ante la petición de una vecina del Casco Viejo, Itziar Gradín San Martín, en 2013.

En la carta, a la que ha tenido acceso este periódico, y fechada el 25 de febrero, el director de Seguridad Ciudadana, Alberto Margallo, justifica que el servicio de Policía Municipal “controla habitualmente los horario de cierre de los establecimientos de hostelería de la ciudad, así como el cumplimiento de otro tipo de normativa que deben cumplir tales establecimientos”. Al respecto, cita que a un bar sito en la calle Tejería (se refiere a La Sureña) “desde el año 2012 se le han tramitado 15 expedientes sancionadores por permitir sacar bebidas del local que se consuman fuera de la zona que tiene autorizada para ocupación de vía pública con terraza”.

Por último, recuerda que se ha iniciado una modificación de la “ordenanza reguladora de instalación de terrazas” en la vía pública “para restringir el horario de utilización de determinados elementos de las terrazas”, y con el fin de disminuir la posibilidad de que las personas que utilizan esas terrazas causen molestias a los vecinos en horario nocturno”.

PRESENTADA EN 2013 Itziar Gradín, vecina de la calle Tejería desde hace 25 años, recuerda que la solicitud ante el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo fue formulada a finales de 2013, y “en un momento de verdadera desesperación”, señaló a este periódico. Esta afectada indica que la apertura de una cervecería en su calle fue el detonante para que la problemática fuera a más. “Tenemos un bar cuya actividad principal es vender cervezas para que la gente las consuma en la calle”, y esta resulta invadida en su totalidad por personas que se sientan en el portal y a lo largo y ancho de la calle”. Añade que “el ruido es ensordecedor y se cuela en las casas”, y “el Ayuntamiento hace caso omiso a las quejas y permite el incumplimiento de las ordenanzas que él mismo ha dictado (por ejemplo la de terrazas). Gradín se ha dirigido a las distintas concejalías y ha llegado al Defensor (este último le dio la razón), pero, según señala, “el problema sigue igual”.

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