La barrila del barril

Juanma Torrens 5 de febrero de 2017

Me sorprende la sección La calle de 05/02/2017 de Diario de Noticias que hace referencia a la “simpática protesta” de bares del Casco Viejo para evitar “retirar los barriles de la vía pública durante la hora del vermú… “ con un cartel de “SE VENDE”. La campaña, según he podido constatar, se ha llevado a cabo principalmente en San Nicolás, Estafeta y Navarrería.

Resulta que la normativa a la que hace referencia el conflicto, horario de carga y descarga en calles peatonales, está aprobada en 2013, fecha desde la que se lleva sin hacer respetar, y ahora que la policía municipal, con inusitada y loable paciencia, les insta a cumplir el horario de carga y descarga (se supone que para todos, tengas un bar en Estafeta o vivas encima de él), se ponen reivindicativos, en cuanto les tocan el bolsillo, dicho sea de paso. El reparto de 14:00 a 16:30 hay que acomodarlo a su nicho comercial y, según se ve, los aforos y terrazas tampoco deben tener límites.

“El cartel advierte que detrás de estos negocios hay muchas familias y puestos de trabajo”.

Muchas familias que dependen de esos negocios pero también muchas personas de muy distinta condición que tienen dos cosas en común: que no poseen bares y que los sufren cada día más. En ciertas zonas, la carga y descarga así como la limpieza, están monopolizadas por los hosteleros. Es lógico. Todas las semanas tienen que reponer sus almacenes y no se puede pretender que los domingos amanezcan como si aquí no hubiera pasado nada. Pasa y mucho y muy intenso, por lo general, cada fin de semana. Y mueve su dinerito. El que lo pille para él. Reglas cuantas menos mejor. “Y la carga y descarga pónganmela de cinco a seis de la mañana, justo después de cerrar y así los del segundo turno suplen a los de limpieza. ¡A ver si dinamizamos de una vez el Casco Viejo, joder!”

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