Unzu Bai

Javier Hualde 17 de noviembre de 2018

Si no lo paramos los vecinos y vecinas con nuestra presión, el Hostel Geroa Bai, digo Hostel Unzu, se va a acabar haciendo. Un monstruo de la dimensión del Tres Reyes en el corazón de nuestro barrio. La mayor operación hotelera en Iruña desde la construcción del Iruña Park hace treinta años. El Aroztegia del Casco Viejo. Un mega-proyecto destinado a cubrir una demanda que no existe, pero que será creada. Potencialmente, más de 100.000 pernoctaciones anuales. Y, una vez concedida la licencia, ahí estará. Para siempre. Nos vamos olvidando de pisos tutelados para nuestras mayores o viviendas de alquiler social para nuestros jóvenes. Es una propiedad privada, dicen los políticos. Como si una de las obligaciones del sector público no fuera moldear la iniciativa privada en búsqueda del interés general. Pero la explicación podría ser sencilla. Quizás todo tenga que ver con el desarrollo de uno de los objetivos del Plan Estratégico de Turismo recientemente aprobado: «La extensión del producto San Fermín fuera de las fiestas». Y eso justifica este mega-albergue y los que puedan venir.

Geroa Bai nos ha comunicado que, por ellos, cuantos más hoteles, hosteles y demás en nuestro barrio, mejor. Que generan mucha pasta. Y que son partidarios de que en zonas saturadas de alojamientos turísticos, como San Nicolás o Estafeta, se relajen las restricciones. Total, ya que en ciertas calles está complicado vivir, se invita al vecindario a que participe en el lucrativo negocio turístico prostituyendo el uso de sus viviendas. Repugnante. Y de paso, todos esos vecinos y vecinas que no hacen más que oponerse al «progreso», que se vayan largando. Que no hacen más que molestar. Eso sí, dicen también los representantes de este partido político que hoteles hasta un límite. Para respetar el carácter residencial del barrio, claro. Límite que no saben precisar y que sospecho nunca va a limitar nada. Porque el límite que proponen implica que se podría instalar al menos un hotel en cada manzana de nuestro barrio. O sea, se trata de buscar la cuadratura del círculo: el límite que no limite. Otro gol al barrio. Como la bendición a las cafeterías de 2006 o la barra libre a los apartamentos turísticos hasta principios de 2018. Todo cabe en el barrio-producto. Bueno, todo, menos las necesidades reales de nuestros mayores, jóvenes y txikis. Mal futuro.

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